jueves, 17 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
Propone Alejandro Landero disminuir salarios del gobierno estatal
"TOLUCA.- Tras un intenso debate, el PRI y sus aliados en el Congreso local rechazaron que los funcionarios de primer nivel del Gobierno estatal, incluido el Gobernador... , bajen su salario en un 10 por ciento para el 2010.
Además también negaron la posibilidad de disminuir el gasto publicitario de la administración estatal. Al aprobar el Presupuesto estatal del 2010, que asciende a 134 mil millones de pesos, los priistas terminaron por imponer su mayoría en el debate con el PAN...
En contra de disminuir el salario de funcionarios superiores votaron 37 diputados del PRI, seis de Nueva Alianza, tres del PVEM, tres de PT, tres de Convergencia y el diputado del Partido Socialdemócrata...
...De bajarles el 10 por ciento de su salario a estos funcionarios se podrían obtener 39.5 millones de pesos brutos al año. En posterior votación, nuevamente el PRI recetó su mayoría para que no mermara en 20 por ciento el gasto de comunicación social del Gobierno estatal, como propuso Acción Nacional...
'El País vive una situación de crisis preocupante. Lo hacemos porque según estudios de diversas Universidades, los funcionarios públicos mexicanos somos los que recibimos un mejor salarios, comprarándonos con países desarrollados', argumentó el panista Alejandro Landero"
Fuente: REFORMA, secciónes Estado y Nacional, 15-dic-09
lunes, 14 de diciembre de 2009
¿Se debe evaluar a la UNAM?
LA CRONICA Opinión Alejandro Landero Gutiérrez
Sábado 12 de Dic., 2009 Hora de creación: 23:53 Ultima modificación: 00:04
La Universidad Nacional Autónoma de México es la institución educativa más importante de México y de Iberoamérica; es símbolo de progreso, de movilidad social, de desarrollo científico e incluso de identidad nacional. En sus campus, algunos catalogados como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se lleva a cabo la mayoría de investigación científica nacional, con una inversión, tan sólo en los últimos tres años, de más de 18 mil millones de pesos.
La UNAM ha dado a México no sólo tres premios Nobel sino también 3,374 profesores en el Sistema Nacional de Investigadores y 35% de los estudios científicos que produce México.
Treinta y cinco mil 057 académicos preparan para el futuro a 305,969 alumnos. Por esto y mucho más, la máxima casa de estudios de México merece nuestro respeto y respaldo.
Y por ello mismo, llama la atención la posición del rector, don José Narro Robles, de rechazar que los alumnos de bachillerato de la UNAM sean sometidos a evaluaciones de la prueba Enlace aplicada por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), cuyo objetivo es medir la calidad de la educación que se imparte en los planteles.
La oposición del rector Narro a que los alumnos sean evaluados se basa en el temor de que se comparen los resultados de una escuela privada con una escuela pública, en este caso la UNAM. Así lo expresó el rector: ¿Es comparable un estudiante de una escuela privada, que llega a su escuela en automóvil, que llega después de haber desayunado bien y que va a regresar a su casa a comer bien, que tiene en su casa todos lo implementos, biblioteca, cómputo, información, etcétera?..” Y continúo: “¿Por qué queremos comparar lo que no se puede comparar?”
Creo, con todo respeto, que el rector se equivoca. En primer lugar, porque el principal fin de la evaluación no es hacer comparaciones simples entre una y otra escuela, sino el principal objetivo es que la escuela se compare a sí misma con sus resultados de un año anterior, pueda ver sus áreas deficientes y detectar también sus potencialidades.
En segundo lugar, en todos los resultados que han arrojado las evaluaciones del INEE, ha habido escuelas públicas que logran mejores desempeños que escuelas privadas. Por ello, tampoco es cierto que al evaluar siempre salgan perdiendo las escuelas públicas.
En tercer lugar, si bien es indiscutible que puede haber alumnos de escuelas privadas con mejores condiciones para el estudio, esto tampoco es un dato generalizado. En los bachilleratos de la UNAM no concurren jóvenes famélicos, que les sea imposible estudiar por falta de alimentación. Y yo no sé si sea una ventaja tan determinante viajar en automóvil en esta ciudad repleta de tránsito y conductores sin civismo. De lo que sí estoy seguro es que hay miles de alumnos brillantes que se mueven en transporte público.
¿Por qué se debe evaluar a los bachilleratos de la UNAM?
Porque toda organización que quiere mejorar su desempeño debe evaluarse y, lo mejor, es que estas pruebas las hagan instituciones independientes, como es el INEE.
Porque prácticamente todos los países desarrollados lo hacen y naciones como Chile y Corea, que han dado saltos cualitativos en su sistema educativo, también las han puesto en marcha.
Porque hay varios focos rojos encendidos en los bachilleratos de la UNAM y es ahí donde urge reforzar la calidad educativa. Muchos de esos alumnos se convertirán en alumnos universitarios. Y por el prestigio de nuestra máxima casa de estudios, debe elevarse su nivel académico.
Porque es, tanto un derecho de los padres de familia conocer el desempeño de las instituciones públicas donde se educan sus hijos, como también es un derecho de los alumnos saber la calidad del espacio en el que se está forjando su futuro.
Porque los bachilleratos se sostienen con dinero público y la sociedad debe enterarse del estado que guarda toda institución pública. El derecho a la información ya está consagrado en nuestra Constitución.
Porque las pruebas han sido elaboradas por especialistas reconocidos y se encuentran reforzadas por expertos del Educational Testing Service de Estados Unidos y la Universidad Complutense de Madrid.
Porque está demostrado que, al evaluarse, las instituciones educativas mejoran y se generan planes estratégicos para superar sus deficiencias.
Porque sería muy lamentable que los argumentos para mantener la opacidad y la discrecionalidad, no sólo existieran en los sindicatos o en los partidos políticos, sino también en la UNAM, una institución que debe ser símbolo de innovación y vanguardia.
Esperemos que el rector, don José Narro reconsidere y la UNAM una vez más nos muestre su grandeza, su capacidad de adaptación al cambio y su sentido de modernidad. De esta forma la educación pública se fortalecerá y la máxima casa de estudios seguirá siendo el orgullo de los mexicanos.
alejandro.landero@hotmail.com
Sábado 12 de Dic., 2009 Hora de creación: 23:53 Ultima modificación: 00:04
La Universidad Nacional Autónoma de México es la institución educativa más importante de México y de Iberoamérica; es símbolo de progreso, de movilidad social, de desarrollo científico e incluso de identidad nacional. En sus campus, algunos catalogados como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se lleva a cabo la mayoría de investigación científica nacional, con una inversión, tan sólo en los últimos tres años, de más de 18 mil millones de pesos.
La UNAM ha dado a México no sólo tres premios Nobel sino también 3,374 profesores en el Sistema Nacional de Investigadores y 35% de los estudios científicos que produce México.
Treinta y cinco mil 057 académicos preparan para el futuro a 305,969 alumnos. Por esto y mucho más, la máxima casa de estudios de México merece nuestro respeto y respaldo.
Y por ello mismo, llama la atención la posición del rector, don José Narro Robles, de rechazar que los alumnos de bachillerato de la UNAM sean sometidos a evaluaciones de la prueba Enlace aplicada por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), cuyo objetivo es medir la calidad de la educación que se imparte en los planteles.
La oposición del rector Narro a que los alumnos sean evaluados se basa en el temor de que se comparen los resultados de una escuela privada con una escuela pública, en este caso la UNAM. Así lo expresó el rector: ¿Es comparable un estudiante de una escuela privada, que llega a su escuela en automóvil, que llega después de haber desayunado bien y que va a regresar a su casa a comer bien, que tiene en su casa todos lo implementos, biblioteca, cómputo, información, etcétera?..” Y continúo: “¿Por qué queremos comparar lo que no se puede comparar?”
Creo, con todo respeto, que el rector se equivoca. En primer lugar, porque el principal fin de la evaluación no es hacer comparaciones simples entre una y otra escuela, sino el principal objetivo es que la escuela se compare a sí misma con sus resultados de un año anterior, pueda ver sus áreas deficientes y detectar también sus potencialidades.
En segundo lugar, en todos los resultados que han arrojado las evaluaciones del INEE, ha habido escuelas públicas que logran mejores desempeños que escuelas privadas. Por ello, tampoco es cierto que al evaluar siempre salgan perdiendo las escuelas públicas.
En tercer lugar, si bien es indiscutible que puede haber alumnos de escuelas privadas con mejores condiciones para el estudio, esto tampoco es un dato generalizado. En los bachilleratos de la UNAM no concurren jóvenes famélicos, que les sea imposible estudiar por falta de alimentación. Y yo no sé si sea una ventaja tan determinante viajar en automóvil en esta ciudad repleta de tránsito y conductores sin civismo. De lo que sí estoy seguro es que hay miles de alumnos brillantes que se mueven en transporte público.
¿Por qué se debe evaluar a los bachilleratos de la UNAM?
Porque toda organización que quiere mejorar su desempeño debe evaluarse y, lo mejor, es que estas pruebas las hagan instituciones independientes, como es el INEE.
Porque prácticamente todos los países desarrollados lo hacen y naciones como Chile y Corea, que han dado saltos cualitativos en su sistema educativo, también las han puesto en marcha.
Porque hay varios focos rojos encendidos en los bachilleratos de la UNAM y es ahí donde urge reforzar la calidad educativa. Muchos de esos alumnos se convertirán en alumnos universitarios. Y por el prestigio de nuestra máxima casa de estudios, debe elevarse su nivel académico.
Porque es, tanto un derecho de los padres de familia conocer el desempeño de las instituciones públicas donde se educan sus hijos, como también es un derecho de los alumnos saber la calidad del espacio en el que se está forjando su futuro.
Porque los bachilleratos se sostienen con dinero público y la sociedad debe enterarse del estado que guarda toda institución pública. El derecho a la información ya está consagrado en nuestra Constitución.
Porque las pruebas han sido elaboradas por especialistas reconocidos y se encuentran reforzadas por expertos del Educational Testing Service de Estados Unidos y la Universidad Complutense de Madrid.
Porque está demostrado que, al evaluarse, las instituciones educativas mejoran y se generan planes estratégicos para superar sus deficiencias.
Porque sería muy lamentable que los argumentos para mantener la opacidad y la discrecionalidad, no sólo existieran en los sindicatos o en los partidos políticos, sino también en la UNAM, una institución que debe ser símbolo de innovación y vanguardia.
Esperemos que el rector, don José Narro reconsidere y la UNAM una vez más nos muestre su grandeza, su capacidad de adaptación al cambio y su sentido de modernidad. De esta forma la educación pública se fortalecerá y la máxima casa de estudios seguirá siendo el orgullo de los mexicanos.
alejandro.landero@hotmail.com
viernes, 4 de diciembre de 2009
INICIATIVA SOBRE ENFERMOS EN SITUACIÓN TERMINAL
El 3 de diciembre el Diputado local Alejandro Landero presentó la iniciativa de LEY QUE ESTABLECE Y GARANTIZA LOS DERECHOS DE LOS ENFERMOS EN SITUACIÓN TERMINAL, que:
-Garantiza los derechos de quienes padecen una enfermedad incurable.
-NO ES EUTANASIA, porque NO BUSCA TERMINAR LA VIDA DEL ENFERMO, sino brindarle calidad de vida hasta su muerte natural.
-No genera mayores gastos en las finanzas del estado de México.
-Facilita la ejecución de la decisión que tomó el enfermo en situación terminal o sus familiares cuando éste no pueda tomarla por sí mismo.
-Promueve la especial atención a enfermos terminales menores de edad.
-Impulsa la creación de centros de atención especializada para menores de edad.
-Brindar apoyo tanatológico a los familiares del enfermo en situación terminal.
-Permite el uso de fármacos que permitan disminuir el dolor.
-Es congruente con la Ley General de Salud en lo que refiere a cuidados paliativos.
-Garantiza los derechos de quienes padecen una enfermedad incurable.
-NO ES EUTANASIA, porque NO BUSCA TERMINAR LA VIDA DEL ENFERMO, sino brindarle calidad de vida hasta su muerte natural.
-No genera mayores gastos en las finanzas del estado de México.
-Facilita la ejecución de la decisión que tomó el enfermo en situación terminal o sus familiares cuando éste no pueda tomarla por sí mismo.
-Promueve la especial atención a enfermos terminales menores de edad.
-Impulsa la creación de centros de atención especializada para menores de edad.
-Brindar apoyo tanatológico a los familiares del enfermo en situación terminal.
-Permite el uso de fármacos que permitan disminuir el dolor.
-Es congruente con la Ley General de Salud en lo que refiere a cuidados paliativos.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
SEMBLANZA
Alejandro Landero tiene 34 años, esta casado y es padre de dos hijos.
Es licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana, con especialidad en Derecho Constitucional y Ciencia Política y estudios de servicio público en Basilea, Suiza. Cuenta con un Master en Estudios Políticos Aplicados y estudios de Doctorado en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid.
Es profesor universitario en México y España. Ha dado conferencias en 14 países y es autor de dos libros: "Persona y Sociedad, vínculos en la solidaridad" y "La lucha cívica por la Democracia". Actualmente es articulista en el periódico La Crónica y colaborador de la revista Bien Común que publica la Fundación Rafael Preciado Hernández.
Comenzó a participar en el PAN a los 13 años de edad con Manuel Clouthier y es miembro activo desde 1993. Ha desempeñado diversas tareas en el partido, entre las que destacan: haber sido Coordinador General de la Dirigencia Nacional Juvenil. Director de Capacitación y Secretario de Estudios del CDE. Consejero Estatal y Nacional. Actualmente es Presidente de la Comisión de Doctrina del Consejo Nacional.
Como servidor público su trayectoria ha sido: regidor en el H. Ayuntamiento de Tlalnepantla; diputado federal de mayoría por el distrito 15, y recientemente electo diputado local de mayoría por el distrito 18 de nuestro Estado.
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